viernes, 24 de febrero de 2012

Capítulo 3.

10 días después, en un lugar de Cádiz.

Diego y Sofía acaban de salir del cine, Sofía quería volver a ver su película favorita, "3 metros sobre el cielo", ya la había visto millones de veces pero nunca se cansaba de verla una y otra vez. Diego la invitó a un helado, la llevó de compras y a dar una vuelta en moto, la trataba como a una verdadera princesa. A pesar de su fama de chulo, Diego era muy atento con su chica y eso a Sofía simplemente le encantaba. No conocía esas cualidades de él y se alegraba mucho de poder conocerlas. Cuando iba a anochecer la llevó a dar un paseo por la playa y cuando se cansaron de andar se tumbaron sobre la arena.
-Oye Diego -dijo la chica-.
-Dime princesa -le contestó-.
-Creía que te conocía, pero no es así, para nada.
-Y eso es, ¿bueno o malo? -preguntó-.
-Bueno, buenísimo -contestó sonriente-.
-Oye Sofi, ¿sabes una cosa? -dijo el chico mirando su boca-.
-No, ¿qué? -contesta Sofía, algo avergonzada-.
-Que me encantas, me encantan tus ojos, tu sonrisa, tu boca...
Al terminar de decir esto, Diego se inclinó sobre Sofía y la besó suavemente, con ternura, con delicadeza, con cariño, como nunca antes la habían besado. No era para nada como los besos de Íker. Cuando Íker la besaba lo hacía con más brusquedad, con más pasión, era un beso más intenso, pero vacío. Se alegraba mucho, muchísimo de que Ale le hubiese dado ese consejo, es lo mejor que jamás podría haber hecho, como siempre, su mejor amiga tenía razón, o al menos por ahora. Cuando se marchaban de la playa ambos se dieron cuenta de que alguien les observaba desde el paseo, ese alguien era Íker, que miró con desprecio a Sofía, ésta para hacerle pensar que ya no le importaba se lanzó a los brazos de Diego y le volvió a besar. Cuando se separaron Íker ya no estaba. Entonces, sonó el móvil de Diego.
-Sí, está bien, en seguida voy -dice el chico, con voz preocupada-. Princesa, me tengo que marchar, nos vemos mañana, lo siento por no acompañarte a casa.
-No pasa nada pero, ¿está todo bien? -pregunta la chica-.
-Sí, no te preocupes, es un problemilla de nada. Mañana nos vemos.
-Está bien, hasta mañana.
Se despiden con un beso y Sofía dispone a irse a casa. Por el camino se encuentra a Íker, y está fumando algo que a ella no le gusta el pelo. Se acerca a él y le quita el porro de las manos.
-¿Qué haces fumando esta mierda?-le dice la chica, tirándolo al suelo-.
-No, qué coño haces tú metiéndote en mi vida. Vete con el soplapollas ese de tu novio, a mi déjame en paz -responde, recogiendo el porro del suelo y marchándose-.
La chica va tras él, agarrándolo por el brazo.
-Espera joder, dime por qué lo has hecho.
-Porque me ha dado la gana -le contesta, volviéndose a marchar. Sin embargo la chica no resiste y vuelve a ir tras él, colocándose delante suya impidiéndole el paso-.
-Deja de fumar eso, te vas a joder la vida.
-A ti eso no te importa, y si te importa no debería.
-Pues me da igual, me importa, porque me importas tú, porque siempre me has importado y nunca te has dado cuenta, siempre me has tratado como a un cero a la izquierda. Nunca te ha importado como me sentía después de besarme y decirme que lo hacías porque querías, de hacerme falsas ilusiones y de hacerme soñar despierta para después darme de narices contra el suelo. Y no me da la gana que te jodas la vida con las drogas Íker, no me da la gana -acto seguido le vuelve a quitar el porro y lo tira al suelo, pisoteándolo-.
-Y si tanto te importo, ¿por qué estás con el tío ese?
-Porque me lo ha pedido, porque ha tenido algo que tú no tienes, valor. Porque me trata como a una princesa, como si fuese la única persona de este mundo, porque me demuestra que me quiere, que le importo, algo que tú no has hecho en los 4 años que nos conocemos, ni una vez lo has hecho, y ya estoy cansada Íker, me cansé de esperarte. Y respecto a las drogas, si te vuelvo a ver con esa mierda, se lo diré a tu hermano, y me da igual las consecuencias que tenga eso, tú sabrás que haces.
Cuando termina de hablar, Sofía se marcha a su casa, mientras que Íker se queda ahí, quieto. Las palabras de la chica le han calado más de lo que verdaderamente muestra. Es cierto, la ha perdido por imbécil, y ahora está sufriendo las consecuencias, debería de haberla valorado mucho más de lo que hizo, ahora se arrepiente de no haberle dicho un te quiero a tiempo, pero no, no la quiere. La ama, o incluso más, nunca había sentido algo parecido por nadie, pero gracias a eso, a su orgullo la ha perdido. Íker se siente impotente, incapaz de pensar algo por recuperarla. Le da igual lo que le haya dicho Sofía, necesita desahogarse, va en busca de un amigo, necesita más marihuana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario