Capítulo 1
-¿Qué coño haces?, te podía haber partido la boca -replicó Ale-.
-Déjame Ale, que tú no entiendes nada.
-No, no entiendo nada, así que ya me lo puedes estar explicando. ¿Por qué os habéis peleado?
-Estábamos en clase y me dijo que me iba a partir la boca como tocase a Sofía, le dije que bajase de la nube, que ella estaba colada por mí, y me dijo que me iba a partir la boca al salir.
-Pues la verdad, poco le ha faltado para hacerlo. ¿Estás bien?
-Sí, no te preocupes. El Diego ese habla mucho, pero tiene menos fuerza que una nena de 8 años. ¿Y Sofía?
-Está hablando con Diego, espera que la llamo.¡Sofía! -grita-. ¡Ven!, que nos vamos para casa.
Cuando Sofía vuelve con ellos, se van a la parada del bus, para volver a casa. Van hablando de sus cosas y ya se les ha pasado el mal rato de la pelea.
-Yo me bajo aquí, tengo que comprar unas cosas antes de ir a casa, nos vemos luego -dice Ale, despidiéndose-, luego te llamo Sofía, hasta luego.
Cuando Ale baja del autobús Sofía e Íker se quedan solos, hasta ahora siempre habían estados acompañados por Ale por lo que ahora estaban ambos un poco cortados, y el silencio se les hacía algo incómodo.
-Oye..., ¿por qué te has peleado con Diego?, no me lo ha querido decir -le pregunta Sofía-.
-Por nada, piques tontos, ya sabes.
-¿Piques tontos?, tontos vosotros, que si no os separa Ale os veo en el hospital a los dos.
-Mujeres... Sois unas exageradas, tampoco ha sido para tanto Sofía.
-Bueno, ahora dime en serio, ¿que ha pasado?.
-Bah, fue por una tía. Me dijo que si la tocaba me partía la boca. -El bus para y bajan de él- ¿Te acompaño a casa?
-Como quieras -dice la chica sin poder evitar sonreirle-. Bueno, y ¿qué piensas hacer con la chica esa? -pregunta con algo de pena, sin saber muy bien si quiere escuchar la respuesta-.
-Supongo que haré lo que tenía pensado, no le voy a hacer caso a ese payaso.
-¿Y qué tenías pensado?
-Pues... -el chico mantiene la mirada fija sobre ella, con una expresión seria, mientras tanto ella esta visiblemente nerviosa, no entiende por qué de repente se ha puesto así-, ¿qué te gustaría a ti que hiciese? -le susurra, acercándose a ella, mientras le aparta el pelo de la cara tras su oreja con delicadeza, mirándola mientras tanto a los ojos-
-¿Por...por qué me lo preguntas a mi? -tartamudea nerviosa, sin comprender nada-.
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